Un pirata con chaqueta y corbata

Últimamente está cada vez más de moda tener que pagar por productos inacabados.

Me explicaré. Hace unos días fui a comprarme un videojuego para la PS3 al que le había echado el ojo hace ya algún tiempo. 70 Euros del ala es lo que suelen costar los juegos de esta consola, precio algo elevado pero que no me importa pagar porque sé del enorme proceso de desarrollo que hay detrás. Lo que no me pareció nada bien fue enterarme que se trata de una copia “inacabada”, es decir, que al terminar el juego y haber derrotado “supuestamente” a todos los jefes finales te sale un bonito mensaje en la pantalla del televisor invitándote a que descargues por Internet ( pagando) nuevos contenidos que amplían la experiencia del juego.

Entiendo que sea un negocio y que haya que sacarle el máximo partido a un producto, porque como ya he dicho el proceso de creación es largo y caro, pero si luego se quejan de que hay piratería que no se sorprendan tanto porque ese mensaje parece una tomadura de pelo hacia el usuario.

Otro asunto relacionado con éste está en la premura que tienen las compañías de juegos en sacar sus productos al mercado sin haber testado al 100% todos los errores que pueda tener el mismo. Así nos encontramos con casos de quedarse bloqueada la imagen en medio de una partida; vamos lo que se dice vulgarmente “quedarse colgado”. Cuando sucede esto, los desarrolladores han de subir a la red un parche para que los usuarios lo descarguen y puedan arreglar el problema que tienen con su copia.

Esto no es serio señores. Hace algunos años, cuando Internet no estaba tan cogido de la mano de los juegos de consola, este tipo de cosas no pasaban porque los productos se los tomaban más en serio y con más calma que ahora. A día de hoy sólo hacen que producir rapidito para llegar antes que nadie al mercado y poder sacar buena tajada del pastel digital, pero no tienen en cuenta al usuario y sólo saben venderle más que gráficos bonitos pero llenos de errores y encima con historias inacabadas.

No me extraña nada la piratería, pero nada nada.