viernes, 8 de mayo de 2009

España cañí y vente pa´Alemania Pepe

Hay que ver como están los políticos y la justicia no dan demasiada confianza, es muy triste ver como la separación de poderes ha dejado de existir y seguimos siendo la España que retrataba Berlanga en sus películas.

Seguimos siendo un país extraño donde el compadreo y las influencias políticas siempre buscando el beneficio personal, no hemos avanzado nada seguimos funcionando como en la época franquista se sigue medrando en cacerías entre jueces y políticos en beneficio de los últimos.

La ética se la dejaron en casa a buen recaudo, todo por seguir gozando de privilegios y beneficiar al gobierno, que es algo que algunos les gusta.

El hecho de que un juez favorezca al gobierno sacando del baúl unas cuantas causas pendientes del partido de la oposición, suena oportunista y decidido con animo de lograr algo de notoriedad y volver al primer plano de la prensa.


Resulta llamativo que se saquen trapos sucios en épocas preelectorales.

Tenía la imagen de que la justicia era mas ecuánime pero cada día me pregunto porque todo son intereses oscuros cuando mas alto se llega en la vida.

Jueces con hambre de cámaras y portadas de periódicos, políticos ansiosos por engordar sus caudales personales, intrigas personales para alcanzar el poder, sin importar el bien común.

Estamos rodeados de seres con egos desmedidos, la justicia es subjetiva según quien la interprete, se entenderá una cosa u otra, si algún político esta implicado en algún sumario, dicha causa se moverá con una celeridad sorprendente e incluso puede que sea exculpado en el último minuto.

La conclusión no puede ser más desalentadora, hay dos justicias la dedicada a los políticos y personajes acaudalados y la del resto de personas.
No entiendo que un juez pueda medrar con un político para conseguir favorecer los intereses del partido político que esta en el poder.

Pensaba que la justicia era objetiva y que los tiempos en los que los asuntos se arreglaban en cacerías habían quedado en el pasado, pero me equivocaba.

Hay cosas que no cambian aunque Berlanga ya no haga películas, los poderosos se comportan como siempre de modo egocéntrico y solo mirando por sus intereses.

España no ha cambiado con respecto al pasado en estas cosas de los intereses políticos que siguen siendo diferentes a los del común de los mortales.

El trafico de influencias para conseguir tratos de favor de los ayuntamientos o de algún cargo importante a cambio de que ayude a conseguir algo en concreto.
Los jueces y los políticos van demasiado unidos en muchas ocasiones y cuidan de ellos mismos para no molestarse demasiado.

Mientras esto siga así seguirán habiendo cacerías donde medrar a favor de unos u otros según quien mande en cada momento.

No es de extrañar que la gente desconfié de ambos poderes y los vea como algo lejano...

Vicente Mulero

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